Varanasi, un paseo por los Ghats del río Ganges
Viajar en tren por India es lo más recomendado si tu origen o destino no tienen aeropuerto. Así, no nos quedó más remedio que trasladarnos desde Khajuraho a Varanasi por tierra disfrutando de una de esas experiencias que todo viajero debe experimentar si visita el país.
Sobre las 6:00 am nos despertó la melodía de los múltiples vendedores de té chai que pasaron por el vagón en el que intentábamos dormir, estábamos casi en nuestro destino cuando el sol comenzaba a despuntar (la niebla ese día, tal vez contaminación, era horrible).
Hotel recomendado en Varanasi
Tras ubicarnos en la estación y dar una profunda bocanada de aire para espantar nuestro agobio (imagina, primera hora de la mañana, miles de personas en esa estación de Varanasi y nosotros sin saber a dónde ir) tomamos un taxi que nos llevó directamente a nuestro hotel en la ciudad, el Hotel Heritage Inn (situado muy cerca del Ganges).
Algo aturdidos por la falta del sueño, el caos de personas y vacas comenzábamos a descubrir Varanasi poco antes de llegar a la recepción del hotel. Dejamos las mochilas y esperamos a que dieran las 07:30 para desayunar y calmar nuestros discretos estómagos pues un paquete de galletas, uno de frutos secos y una botella de agua había sido nuestra copiosa cena la noche anterior.
Tras el desayuno por fin pudimos entrar a nuestra habitación. Nos dimos una ducha y nos tiramos en la cama. Lo inevitable pasó, caímos en un profundo sueño hasta el mediodía hora en que nos levantamos para almorzar. A pesar de que la cama nos volvía a llamar grito pelado decidimos ignorarla e irnos a descubrir la ciudad de Varanasi y el Ganges.
A escasos cinco minutos a pie del hotel encontramos el acceso a los ghats, las escalinatas por las que se accede a las orillas del increíble y místico río Ganges. Hubiese sido un insulto haberlo dejado para la jornada siguiente. Estábamos deseando descubrir ese contaminado y sagrado río que a tantos indios atrae diariamente.
Nos habían hablado mucho sobre la espiritualidad de India y no la habíamos encontrado en ninguna de las ciudades visitadas pero con Varanasi guardábamos esperanzas. Si había algún lugar que no nos podía decepcionar en ese sentido era Benarés.
Pedimos en recepción un mapa con el nombre de todos los ghats y salimos a explorar el Ganges, teniendo claro que nuestro paseo debía llevarnos hasta el Ghat Manikarnika, especialmente conocido por sus cremaciones.
Las orillas del Ganges, un lugar único en el mundo
Callejeamos el tiempo suficiente para darnos cuenta de que Varanasi no sería una excepción en cuanto a limpieza. Resultó incluso peor que el resto de los lugares que habíamos visitado en India. La basura seguía desperdigada por todos sitios y numerosas vacas, algunas cabras así como algún caballo merodeaban la zona. Sus abundantes excrementos también estaban presentes.
Eso sí, encontramos una diferencia con respecto a otras zonas, las moscas. No exageramos ni media palabra al decir que tuvimos que caminar completamente en silencio por miedo a que nos entraran en la boca. Qué asco. Si se dice que Sevilla tiene un color especial, Varanasi lo que tiene es un olor especial.
Conseguimos librarnos de ellas nada más acercarnos al Ganges y disfrutar de una panorámica del conocido río, lugar de peregrinación para todo hinduista que se precie pues al menos una vez en la vida debe purificarse con sus aguas.
Unas aguas que tienen el honor de colocarse en el tercer puesto de los ríos más contaminados del mundo, pero como bien nos dijo un chico hindú que más tarde conoceríamos “si tu corazón y tu sentimiento es puro, las aguas del Ganges no te harán mal” aún así no probamos a meter ni un dedo en el agua marrón.
Assi Ghat, un ghat tranquilo
Varanasi está conformado por unos 365 ghats. El Assi Ghat es uno de los ghats situados más al sur de la ciudad, supuestamente muy frecuentado por extranjeros y locales. En ese punto confluyen los ríos Ganges y Assi. Durante los días que nosotros lo visitamos no vimos demasiada gente, es más, diríamos que habían más vacas en el río que personas.
Desde el Assi Ghat comenzamos nuestro paseo por los ghats de Varanasi, en ese punto dos kilómetros nos separaban del famoso ghat de Manikarnika. La caminata hasta él, para nuestra agradable sorpresa, fue de las más tranquilas y placenteras que recordamos en India pues sorprendentemente no fuimos importunados por ninguna persona que quisiera sacarnos algunas rupias.
Únicamente algunos niños y adultos llamaron nuestra atención educadamente preguntándonos si deseábamos un paseo en barca por el Ganges al atardecer (cosa que hicimos ese mismo día). Las escenas al borde del Ganges transmitían total normalidad, gente bañándose, grupo de hombres reunidos, mujeres rezando, vacas remojándose …
No se escuchaban ruidos, casi reinaba el silencio. Estábamos disfrutando con cada paso que dábamos, con cada metro que recorríamos acercándonos a Manikarnika. Incluso diría que sentarse a ver la vida pasar en cualquier lugar es altamente recomendable, te da otra perspectiva de lo que sucede alrededor.
Cremaciones en Varanasi: Manikarnika Ghat
No nos equivocaríamos si dijéramos que el ghat más conocido de Varanasi es Manikarnika Ghat. Se trata del punto donde se realizan diariamente decenas o cientos de cremaciones a orillas del Ganges. Paseando por los ghats y sin mapa en mano uno ya puede intuir donde se encuentra pues enormes columnas de humo lo delatan.
Los edificios ahumados a su alrededor eran también una señal inequívoca de que íbamos en buen camino y cerca debían tener lugar las ceremonias. A medida que nos fuimos aproximando, observamos algunas piletas de troncos, así como algo que en la distancia parecían pequeñas hogueras.
No nos impactó o sorprendió de forma desagradable lo que allí observamos. Todo lo contrario. Nos resultó tremendamente interesante poder presenciar en silencio y de forma desapercibida los rituales que ahí las 24 horas, los 365 días del año se desarrollan. Buscamos un lugar donde sentarnos y guardamos la cámara.
Minutos después asistimos a una constante ceremonia de cremaciones. Uno tras otro iban llegan los cuerpos de las personas fallecidas. Estaban cubiertos por una tela de color naranja sobre una pequeña tabla cargada por hombres que cantaban. No vimos ninguna mujer presenciando la quema de los cadáveres que antes de arder eran rápidamente remojados en las aguas del Ganges.
Aguardamos unos 20 minutos en una esquina del ghat casi sin movernos, observando con atención y aprendiendo de otra esa otra forma de ver la muerte. Llenándonos y empapándonos de otras creencias. A muchas personas les impacta Varanasi de forma negativa, puede que ya lleváramos los días suficientes en India como habernos llenado con parte de su idiosincracia y por ello casi ni nos conmovió.
Durante el paseo por los ghats encontramos numerosas pinturas señalando el famoso local “Blue Lassi” muy famoso en guías de viajes por elaborar los mejores lassi (yogures) de sabores en la ciudad de Varanasi. Así que fuimos en su búsqueda. Cruzamos el ghat de las cremaciones y tropezamos con varias procesiones rumbo al crematorio. Cánticos y finados de camino a las aguas del Ganges. Fue tremendo.
Ceremonia del Aarti al atardecer
Tras el lassi nos dirigimos a las escalinatas donde tiene lugar la ceremonia del Aarti, una ofrenda de flores y fuego que se hace cada día a la puesta del sol alrededor de las 18:00 – 19:00 hrs. dependiendo de la época del año. La ceremonia se celebra a los pies del Ganges en los Ghats Man Mandir y Dasashwamedh.
Todo comenzó con sonido de campanillas que, envolviendo todo el lugar, indicaba el inicio de las ofrendas a la diosa Ganga. Siete personas con movimientos de un lado a otro iniciaron una ceremonia que no supimos entender demasiado bien debido a nuestra falta de información y que nos resultó algo aburrida.
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2 Respuestas a “Varanasi, un paseo por los Ghats del río Ganges”
Pues que penita que no se subieron a la barquita al amanecer, porque esa es la guinda de la torta…con niebla o con cielo claro, en invierno o verano, con lluvia o seco….la magia que explica lo todo, esta justamente en ese preciso momento…….tsha, tendrás que volver!
Por el resto hermosas fotos y acertadas observaciones de esta » Increíble India»…
Namasté.
Namasté!
Pues si que fue una pena peeero el destino no quiso que fuera así. De todas maneras nos encantó la tranquilidad del paseo a media tarde, fue genial. Gratamente sorprendidos nos fuimos de Varanasi 🙂
Gracias por leernos y por el comentario!