Salinas de Fuerteventura, paseo por un museo al aire libre
Fuerteventura es isla de extensos campos pedregosos, volcanes inactivos, poca agua y playas paradisiacas de arena dorada barridas por un intenso viento. Así ha sido desde que los primeros navegantes arribaron a sus costas y así es fácil imaginar cómo era su economía antes del turismo. Una economía en la que las salinas de Fuerteventura, con su oro blanco, jugaron un papel muy importante.
La obtención y explotación de las salinas ha modificado el paisaje de manera singular atribuyéndole un valor etnográfico tremendo. Pero no solo en Fuerteventura la sal ha sido considerada como un bien valioso y con muchas utilidades. En otros lugares del mundo, la sal fue utilizada como moneda de cambio (el sueldo antiguamente se pagaba con granos de sal, de ahí la palabra salario – sal diario) o como forma para la conservación de los alimentos como carne y pescado.
Visita a las Salinas del Carmen en Fuerteventura
Situadas en la costa de Antigua y muy cerca del aeropuerto encontramos las únicas salinas de Fuerteventura que siguen en funcionamiento y bien conservadas. Tanto es así que las conocidas como Salinas del Carmen se pueden visitar primero pasando por el Museo de la Sal y después paseando por el exterior en lo que denominamos un museo al aire libre. Esta visita en Fuerteventura es muy agradable y no te llevará más de una hora sumergirte en la historia de la sal.
Las Salinas del Carmen, declaradas en 2002 BIC – Bien de Interés Cultural, nos ayudan a comprender la importancia de la sal en la economía local pero también en las islas Canarias en general. El Museo de la Sal es pequeño pero agradable de visitar. La información que encontramos abarca desde la historia de la sal hasta el proceso de obtención y recogida. Es fácil de digerir y sirve de preparación para el paseo autoguiado por el exterior del recinto que nos lleva a caminar entre tajos y cocederos.
Ten en cuenta que además de su valor etnográfico, las salinas poseen un gran valor ecológico pues determinados animales aprovechan este hábitat de forma temporal. Algunas aves migratorias acuáticas utilizan las salinas como lugar de descanso y comida e incluso de cría.
Estas salinas en Fuerteventura poseen más que el museo y las propias salinas. Afortunadamente se ha conservado también un antiguo almacén de sal, la casa de las salinas, la casa de los salineros, un horno de cal, un aljibe de correntía y restos de las vías del viejo embarcadero de la sal. Todo ello las convierten en las salinas más completas y mejor conservadas que podemos visitar en las islas Canarias. Un lugar recomendadísimo.
La visita a las Salinas del Carmen es libre (a día de hoy no hay rutas organizadas) y el horario de acceso es de 10:00 a 18:00 hrs. durante el verano (del 1 de mayo al 31 de octubre) y de 09:30 a 17:30 hrs. en invierno (del 1 de noviembre al 30 de abril). El precio de visita es de 6€ para adultos no residentes (3€ para los residentes en Canarias) y de 3€ para niños menores de 11 años no residentes (2€ para residentes en Canarias).
Introducción a la historia de la sal en Canarias
El uso de la sal en Canarias se remonta a los primeros pobladores de la isla, los majos o majoreros. Ellos recolectaban la sal de los charcos para salar la carne y el pescado. Sus particulares salinas eran realmente los charcos que con pleamar rebosaban de agua que quedaba estancada al bajar la marea. La combinación de sol, viento y piedra volcánica obraba el milagro de la obtención de la sal en mayor o menor cantidad.
Tras la conquista de Canarias (siglo XV) se crearon las primeras salinas en las islas. Las más antiguas se encuentran en la isla de Lanzarote; las Salinas del Río datan de principios del siglo XVI. En Canarias se construyeron un total de 60 salinas (la mayoría en las islas orientales del archipiélago) de las que 9 están aún activas como son las Salinas del Carmen en Fuerteventura. Se puede considerar que las salinas son un ecosistema muy singular en extinción por ello debemos conservarlas y protegerlas.
Origen de las Salinas en Fuerteventura
La primera cosecha de sal en Fuerteventura se remonta a principios del siglo XIX en las entonces conocidas como Salinas de Hondurilla (hoy Salinas del Carmen). En 1910 estas salinas se remodelaron y ampliaron transformándolas en salinas nuevas con fondo de piedra y manteniendo el tajo sencillo.
La marca de la casa de estas salinas es que producen la conocida como sal de espuma, una forma singular de utilizar el agua de espuma del oleaje. Además, las labores de batido del agua provocan que se produzca directamente sal gruesa sin necesidad de cribado. Lamentablemente, de las 600 toneladas de sal producidas anualmente hoy en día solo se obtienen 70 toneladas anuales.
Visita a las Salinas del Carmen
Las Salinas del Carmen son de una belleza indiscutible. Sus 10 cocederos y 935 tajos se entrelazan dando lugar a un cuadro multicolor que da gusto contemplar. Pasear por el exterior del recinto nos acerca al proceso de formación y recogida de la sal a través de paneles informativos. La vida del salinero es digna de mención.
El trabajo del salinero tradicional está a medio camino entre el artesano y el recolector. Un trabajo duro pero con un gran valor desde el punto de vista cultural y etnográfico. El salinero se encarga de la recogida durante los meses de marzo a octubre (es cuando las condiciones meteorológicas son más favorables para la recogida de la sal). Además esta a cargo del mantenimiento de las salinas, de la limpieza de los residuos de los tajos y de la reconstrucción de aquellos tajos deteriorados.
Sistema de captación e impulsión de agua
A diferencia de otras salinas en las que el agua del mar se bombea o se deja pasar a través de canales, en estas salinas de Fuerteventura el agua se recoge a través de un gran estanque llamado saltadero que, como su nombre indica, se llena cuando una ola rompe contras las rocas y la espuma salta hacia la alberca.
En estas salinas la sal se obtiene de la espuma del mar cuya concentración en sal es mucho mayor de lo normal. Desde el saltadero el agua se conduce a los cocederos por un caño o tubo abierto con un aliviadero que desvía el exceso de agua del mar.
Los caños o sistemas de riego
Los caños son los conductos inclinados que transportan el agua por las diferentes partes de la salina. Es como si fueran el sistema de riego de las salinas. Los procedimientos empleados en la captación e impulsión del agua desde el mar hacia los cocederos permiten la circulación del agua en toda su estructura.
Pero es que también hay sistema de defensa que permites eliminar el agua dulce de lluvia. Suele consistir en un muro perimetral o bien en un sistema de caños o de drenaje. A simple vista parece todo muy sencillo pero no es así. Todo está pensado para que funcione a la perfección.
Los cocederos o calentadores
En las salinas observamos que existen estanques más pequeños, llamados tajos, y otros de mayor dimensión. Los estanques de gran tamaño se conocen con el nombre de cocederos, ahí el agua de mar se concentra de los 3,5 a los 15-18 baume antes de pasar al tajo.
Con el efecto del calor del sol y el viento, el agua se comienza a evaporar y la sal se concentra dando lugar a la salmuera (sal muy húmeda y poco cristalizada). La sal pasa a través de unas acequias a los tajos donde continúa el proceso de evaporación y concentración hasta la cristalización de la sal.
Los cristalizadores o tajos
Los tajos o cristalizadores son los recipientes de pequeño tamaño que observamos en la imagen siguiente, los que parecen multicolores y donde tiene lugar la magia gracias la clima seco-cálido de Fuerteventura, al efecto del viento y por supuesto al sol.
En los tajos la sal está ya lista para evaporarse y cristalizar al llegar a los 25-28 baume. La zafra de sal se concentra en los meses de marzo-abril y septiembre-octubre. Y la recolección se realiza entre los meses de mayo y septiembre.
Si prestas atención, verás que los fondos de estos tajos son de barro apisonado e impermeable para así evitar que haya pérdida de agua. En la superficie del agua se va formando una fina capa de sal que el salinero tendrá que remover dos veces al día para que se deposite en el fondo.
Una vez se evapora casi todo el agua, la sal se extrae del fondo del tajo y se deja escurrir en uno de los bordes para, posteriormente, llevarla hasta el almacén. Allí se separa la sal de la tierra con una delicada técnica difícil de aprender.
Los tipos de tajos pueden ser diferentes, los sencillos (propio de la salina antigua de barro) cuentan con baches transversales de contención que pueden estar separados de menor altura a modo que permiten la circulación de agua por toda la superficie.
Los compuestos (permiten obtener mayor cantidad de sal y reducir el sistema de riego) se subdividen interiormente en pequeños cuadros a modo de serpentín. El reducido tamaño de los encuadres contribuye a aumentar la calidad de la sal. También se reducen las necesidades del sistema de riego y hay un mejor aprovechamiento de toda la superficie.
Hornos de cal
Los hornos de cal son imprescindibles en el arte de la producción de sal y en las Salinas del Carmen se conserva uno de ellos. La cal es necesaria para la construcción de las salinas y su mantenimiento. La explotación del horno de cal se realiza de octubre a marzo dado que es cuando no se produce sal en las salinas.
El horno está realizado en piedra y posee una planta circular con una boca. A los lados posee dos pequeños depósitos para almacenar la piedra de cal y la cal elaborada. Otro horno de cal lo encontramos durante nuestra visita a las Cuevas de Ajuy.
En el Museo de Sal, existe una pequeña tienda donde comprar «espuma de sal» o «flor de sal», una sal exquisita que se utiliza en la gastronomía gourmet.
Como ves las Salinas del Carmen le añaden gran valor a la isla de Fuerteventura. Es una suerte poder visitar lugares así y ayudar económicamente con la entrada de la visita a que se sigan conservando en el tiempo. Si la visita incluyera un pequeña zona de degustación de sal con algo de gastronomía típica, sería de 10.
Qué visitar cerca de las salinas de Fuerteventura
Por su situación (cerca del aeropuerto) y por el tiempo que se dedica a visitar las salinas de Fuerteventura recomendamos aprovechar el mismo día de la llegada o el de la partida de la isla. Ten en cuenta que Fuerteventura es bastante grande por lo que ir de norte a sur implica mucha carretera así que mejor planear las excursiones acorde a este dato.
No muy lejos de las Salinas del Carmen se encuentra el Museo del Queso Majorero (una delicia que debes probar y sobre el que hablamos aquí), el pueblo de Betancuria (con una zona histórica muy bien conservada) o las Cuevas de Ajuy donde comer pescado local casi sobre la playa (de arena negra).
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