Roma es un ejercicio de imaginación
Viajamos hasta Roma pero antes de empezar quiero que sepas que en esta entrada no vas a encontrar información práctica para llegar a la ciudad desde el aeropuerto, sobre alojamientos baratos o trucos para no ser estafado por los taxistas. Sobre estos temas y otros de interés hay un magnífico post en este blog que yo he utilizado para preparar el viaje a Roma, y no tengo nada interesante que aportar al respecto salvo señalar que Roma es un ejercicio de imaginación.
¿Por qué Roma es un ejercicio de imaginación?
Esta es una humilde entrada sobre otro asunto realmente importante para enfrentarte a la ciudad: la cuestión de la actitud. Para no caer en errores de neófito es recomendable llevarse en la maleta un buen puñado de expectativas a medida y una mejor capacidad de imaginación cuando visites Roma.
Al igual que para entender la saudade lisboeta o la chanson française de París, para sentir Roma hay que zambullirse en la memoria colectiva de decenas de generaciones que han dejado durante siglos su impronta entre las siete colinas.
Hay ciudades que brillan por su realidad. Un buen ejemplo es Buenos Aires. La capital de Argentina tiene dos siglos escasos desde su fundación y vive necesariamente de realidades. Son esas realidades las que más impresionan: bailar tango en una milonga, desfilar con las Madres de Plaza de Mayo, dejarte la voz con un gol de Colazo en la Bombonera o que te atraquen en la Calle Necochea.
Todas estas experiencias están asentadas en el presente cercano, se pueden tocar, ver y respirar. Son la emoción vibrante de la vida que late en el instante inmediato.
En el lado opuesto están la mayoría de las capitales europeas. Como ya apuntaba Albert Camus en su obra «El verano», el peso del pasado en ciudades como Viena, Berlín o París resulta excesivo para reflexionar. Roma es una de las principales en este grupo de metrópolis, con toda la Historia (con mayúsculas) sobre sus hombros y sus miles de historias en cada uno de los adoquines que la convierten posiblemente en el mayor mosaico del mundo.
¿Qué visitar en Roma?
Si piensas ir a Roma, debes tener claro que vas a encontrarte una ciudad que en muchas ocasiones te ofrecerá una realidad fragmentada. Tendrás que poner en marcha toda tu memoria e imaginación para completar el resto.
Por una parte tenemos la Roma arqueológica. Visitar el Foro Romano es un ejercicio de intención en toda regla. Sólo imaginando al emperador Septimio Severo cabalgando con el pecho henchido de soberbia en su cuádriga y pasando bajo el Arco del Triunfo erigido para conmemorar su victoria sobre el Imperio Parto, mientras un esclavo le repetía al oído «Recuerda que eres mortal», puede acercarte a la inigualable sensación de sentirte pequeñito en un mundo en el que lleva lloviendo desde mucho antes de que tú y yo apareciéramos.
Lo mismo ocurre con el Coliseo. Si has visto «Asterix y la sorpresa del César» no podrás evitar soltar la guía de viajes y aplaudir ante la magnificencia de tal edificación y de la creatividad de Goscinny y Uderzo mostrándonos como cayó la pared más exterior por un tropiezo de Obelix enamorado perdidamente de la guapa Falbalá.
En otro orden de cosas está la Roma del Renacimiento. Los museos vaticanos son al mismo tiempo una de las mayores maravillas del arte de todos los tiempos y, junto a la Basílica y la Plaza de San Pedro, uno de las mayores insultos a la humanidad creados en torno a una misma institución.
De entre todas sus obras, resulta especialmente impresionante la estancia en la que se encuentra la famosa Escuela de Atenas de Rafael, la Sala della segnatura que representa en cada pared una de las cuatro actividades humanas relacionadas con el pensamiento: la teología, la filosofía, la justicia y las artes.
También es un ejercicio de imaginación sin parangón torcer el cuello en la Capilla Sixtina y tratar de ver a Miguel Ángel creando a todos esos personajes subido sobre un andamiaje ideado por él mismo para estar pintando esa bóveda durante más de cuatro años. Y así con todo lo demás: la Fontana de Trevi, la increíble Plaza Navona o el Campo di Fiori.
De este último, destacar la escultura dedicada a Giordano Bruno, quemado en la hoguera a manos de la Inquisición por proponer la existencia de múltiples sistemas solares y la infinitud del universo, en las que se reafirmó hasta las últimas consecuencias. Sin lugar a dudas, lo más digno de la ciudad.
¿Dónde comer en Roma?
Como ya sabrás, Roma es una ciudad bastante cara. Mucho cuidado sobre todo con las bebidas (ahí es donde te clavan) y en el pan, por el que pueden llegar a cobrarte hasta 4€ por cesta. Al igual que en cualquier otra ciudad, los supermercados y las cadenas de comida rápida resuelven algunas comidas. No te fíes de las recomendaciones de las guías como Trotamundos.
Mi experiencia (no generalizable por supuesto) es que desde que les cuelgan las chapitas del «Routard» en la puerta se les sube el ego y empeoran el servicio. Un ejemplo, la Pizzería Montecarlo, cerca de Navona.
Como curiosidad: muy cerca del Panteón (que no debes perderte) se encuentra la Plaza de San Eustaquio, en la que se encuentra el café con el mismo nombre donde, según supuestos «expertos» (experto es todo aquel que escribe en el New York Times, para entendernos) se puede tomar el mejor café del mundo – no iba a ser menos. Realmente está bastante bueno, aunque tendrás que decidir tú mismo cuánto hay de realidad y cuánto de actitud en esta afirmación, al igual que con el resto de la ciudad.
Aspectos varios sobre Roma
Algunas cosas que me llamaron la atención. La primera de ellas fue especialmente dura: Roma no es una ciudad con música. No es fácil encontrar locales con actuaciones en directo, ni siquiera en la zona más céntrica, ni músicos en las calles salvo algún violinista tocando «La Primavera de Vivaldi» o el tema de amor de El Padrino. Sólo en el metro puedes escuchar alguna canción por la megafonía, aunque todas parezcan una versión de otra versión de Eros Ramazoti o Laura Pausini.
Tampoco hay arte moderno. Roma se ha asentado en las rentas que les reportan las ruinas romanas y las obras de arte de su renacimiento, y ha decidido que no necesita innovar. La I+D del centro de Roma se la llevan las tiendas de marcas como Gucci, Dior o la Ferrari Store, que vende hasta el cartel de la entrada si estás dispuesto a pagarlo. Sin embargo, es difícil encontrar en la zona más turística a romanos y romanas que no vayan bien arregladitos luciendo un iPhone (no había visto tantos juntos en mi vida).
Nada mal para un país en el que, al igual que España y otros de la UE, se vive uno de los saqueos más importantes de la historia reciente.
Por último, informarte de que el famoso Puente Milvio en el que los enamorados colocan su candado está un poco lejos, así que los extranjeros los ponen en cualquier puente sobre el Tíber. El gobierno de la ciudad ha decidido quitarlos, pero el autor de la obra que popularizó esta reciente tradición, Federico Moccia, se opone a esta medida y de paso le da un viaje a la falta de política social del gobierno. Produce satisfacción saber que, más allá de que Roma es un ejercicio de imaginación y la actitud del visitante, Roma está viva.
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Recomendaciones para aprovechar tu tiempo de viaje en Roma
Durante tus días en Roma te darás cuenta que es una ciudad en la que en cada esquina hay una sorpresa y en cada monumento siglos de historia. Todo esto hace que la afluencia de turistas sea muy elevada por lo que te recomendamos ahorrar tiempo evitando las colas para entrar a los principales museos ↓
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Guest Post escrito por Eparquio Delgado (@eparquiodelgado)
2 Respuestas a “Roma es un ejercicio de imaginación”
Me ha encantado este post.
Roma tiene algo intangible que no deja a nadie indiferente.
A veces da la impresión de ser una ciudad museo en la que nadie vive, porque no es posible que haya gente «de a pie» que pueda llevar una vida mundana y corriente entre tanta historia, pero luego te das cuenta de que sí, que es una ciudad tan viva como otras.
Yo para comer me quedo con el Trastevere (el Soho romano) que no es tan extremadamente turístico como el centro.
Saludos viajeros!
Luis, deberias probar a cenar en la zona de San Lorenzo, no hay muchos sitios pero los que hay son espectaculares, tanto por el ambiente que se respira como por el precio.
Saludos y dejate caer por aqui mas a menudo!