Plátano de Canarias, visita a una plantación en el norte de Tenerife

Las Canarias son también conocidas como las islas afortunadas, y bien podrían serlo simplemente por su capacidad para elaborar un producto único en el mundo. El plátano de Canarias se ha convertido en el referente del archipiélago en la gastronomía de España y Europa, gracias a su intenso sabor dulce, su particular aroma y por sus bondades nutricionales.

Es posible encontrar fincas con cultivos de plátanos en 5 de las 8 de las islas Canarias, pero es en Tenerife (también en La Palma y Gran Canaria) donde están más extendidos. Recorrer la vertiente norte de estas islas implica observar grandes extensiones ocupadas por plataneras en las que se podría realizar una ruta del plátano. Más sencillo es visitar la Casa del Plátano de Icod donde es posible pasear cómodamente para así conocer los secretos del cultivo de la platanera.

Racimo de plátano de Canarias

La Casa del Plátano en Icod de los Vinos

Si te interesa conocer la historia del plátano de Canarias una buena opción es acercarte hasta donde crece el famoso Drago Milenario. Es en Icod de los Vinos donde encontramos la Casa del Plátano, una antigua casa canaria ahora convertida en museo. Este es el lugar ideal donde empaparte con todo lo relacionado con el plátano y que te ayudará a apreciar el duro trabajo que supone el cultivo de la fruta más popular y consumida en las islas. Esta visita la puedes complementar con el Free Tour que se realiza por las calles más céntricas de Icod de los Vinos, info y reservas aquí.

La Casa del Plátano cuenta con salas interiores en las que, de una manera muy amena, se desgrana la historia de esta fruta, la segunda fruta más consumida en el mundo, prestando especial atención al proceso de introducción en Canarias y a su cultivo y manejo en las islas. La visita es libre y continúa por un patio exterior donde son explicadas detalladamente las diferentes tareas desde la plantación a la recogida del racimo de plátanos. Más detalles aquí.

Casa del Plátano en Icod de los Vinos en Tenerife

Interior del museo de la Casa del Plátano en Icod

Origen del cultivo del plátano

La platanera es originaria de las regiones húmedas del sudeste asiático y llegó a España probablemente desde Egipto unos siglos antes que a Canarias, donde arribó en el siglo XVI, bien procedente de Andalucía (donde ya era una fruta conocida y cultivada por los árabes), o desde Guinea por medio de comerciantes portugueses. Entre las plantaciones de caña de azúcar y las vides, la platanera encontró su hueco en las islas de mayor relieve.

Tal fue la adaptación de la platanera a las condiciones ambientales de las islas que incluso llegaron a crecer silvestres en cauces de barrancos y lugares con suficiente agua, puesto que es una especie que requiere nada menos que unos 30 litros diarios para crecer favorablemente. Queda claro pues que en las áridas Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa no se cultiva, ya que la escasez de lluvia penaliza mucho.

Racimo de plátano de Canarias sin flor

Plátano de Canarias, referente en el mundo

El género Musa incluye numerosos híbridos de variada composición genética con numerosas variedades reconocidas por diferentes nombres, que producen frutos conocidos como plátanos o bananas. La mitad de la producción mundial de plátanos corresponde a los múltiples descendientes de la variedad Cavendish que pertenece a los plátanos de postre consumidos como fruta. La otra mitad de la producción mundial refiere a las conocidas como «bananas de cocción», consumidos como verdura.

Los plátanos de Canarias proceden de la variedad Cavendish (cultivares triploides de Musa acuminata) que, por variabilidad genética, ha dado lugar múltiples descendientes (gran enana, pequeña enana, gruesa palmera, …).

Plátano de Canarias sin madurar

La inscripción de la IGP Plátano de Canarias en el Registro de Denominaciones de Origen Protegidas y de Indicaciones Geográficas Protegidas de la Unión Europea supuso el reconocimiento mundial a la calidad diferenciada de un producto cuya exclusividad se debe al medio geográfico y a las prácticas tradicionales de cultivo.

La variedad de plátanos cultivada mayoritariamente en Canarias da un fruto de tamaño medio, piel fina y amarilla y son aptos para consumirse crudos. El plátano de las islas presenta un gusto característico debido a su composición con alto nivel de azúcares, baja cantidad de almidón, mayor contenido en potasio y fósforo y menor cantidad de sodio y calcio en relación al plátano de otros orígenes.

Finca de plataneras en Tenerife

Labores del cultivo del plátano

La platanera es una planta singular pues a pesar de su aspecto y tamaño no se trata de un árbol, sino de una hierba gigante perenne que da frutas (los plátanos) reunidas en un enorme racimo (también llamado piña). Cada platanera produce un único racimo que puede contener unos 200 plátanos y pesar entre 30 y 60 kg. Después de dar el fruto, muere.

Del rizoma (superficial o subterráneo) que es la única parte perenne, se origina el falso tallo (conocido con el nombre de rolo) de forma columnar formado por las vainas de las hojas dispuestas concéntricamente a modo de cebolla, una sobre otra. Las hojas de platanera están entre las más grandes del reino vegetal y se disponen en espiral formando un penacho en el extremo de la planta.

Hijos en la base de la platanera

Las raíces (que son cortas) y los chupones (jóvenes falsos tallos que reemplazarán al más viejo después de producir el racimo y morir) se originan del rizoma. En la platanera no hay semillas, la multiplicación es vegetativa, de manera que en una planta es posible reconocer varias generaciones en poco espacio.

Así, es posible ver a la madre (que porta el racimo), la abuela (parcialmente marchita y seca después de cosechado el racimo) y las hijas (jóvenes tallos o “chupones” que van brotando desde el rizoma). Los chupones se forman continuamente y deben ser eliminados seleccionando solo aquel adecuado para asegurar la continuidad de la planta y su disponibilidad para el siguiente año.

Chupón en platanera

Plantado de plataneras

Las islas Canarias poseen la temperatura cálida idónea para el cultivo de la platanera entre el nivel del mar y los 300 metros de altitud. Aquí la temperatura ronda los 25º C durante casi todo el año. La productividad y la calidad de los plátanos se incrementa en aquellos lugares con temperaturas suaves. En este sentido, las extensas superficies que ocupan las plataneras en la zona norte de Tenerife son todo un espectáculo visual. 

Un cultivo de plátanos se inicia acondicionando el terreno (debe ser llano para poder retener la suficiente agua y evitar la erosión), lo que ha propiciado el desarrollo de cultivos en bancales. Los rizomas (o plantones) provistos ya de un joven chupón se siembran separados entre sí unos 2 metros para conseguir un correcto crecimiento, evitando que compitan por agua, luz y nutrientes.

En Canarias, estas suaves temperaturas próximas a la costa y los vientos Alisios (húmedos) provocan que el desarrollo de la planta sea relativamente lento en comparación con los cultivos de zonas tropicales. Este incremento del tiempo de cultivo y, por tanto, del tiempo de maduración (en Canarias los racimos permanecen 3 meses más madurando en la planta que en zonas tropicales) repercute positivamente en las características del plátano de Canarias. El resultado es una fruta singular, más sabrosa y más aromática.

Platanera en el interior de la Casa del Plátano en Icod de los Vinos

Racimos de plátano de Canarias

Aproximadamente un año después del nacimiento del falso tallo y a partir del rizoma se origina una inflorescencia (grupo de flores) que emerge como un enorme capullo de color violáceo entre las hojas (la bellota). A medida que esta crece se va descubriendo una estructura en forma de espiga en la que se disponen hileras dobles de flores (cada una originará una manilla de plátanos) protegidas por brácteas violáceas. Al tiempo que las flores se desarrollan las brácteas se caen dejándolas a la vista.

Cada flor tiene un ovario verde en forma de dedo (que formará un plátano) y distalmente el resto de piezas florales de color amarillento (pétalos, estambres y estilo). El peso de las flores hace que el tallo del racimo se incline y crezca en dirección al suelo, portando la bellota con flores abajo, mientras que hacia arriba van creciendo los frutos ordenados en manillas. En la variedad Cavendish las flores son estériles y los frutos se desarrollan partenocárpicamente sin necesidad de polinización.

Flor de la planta del plátano de Canarias

Flor de la platanera durante una ruta del plátano en Tenerife

Las flores que crecen al final de cada plátano se quitan manualmente en un acto que se llama desflorillado, que se hace unas dos semanas después de la floración. Así se evita que la punta de la fruta se pudra por efecto de los hongos. Además también se cortan los plátanos siameses (los plátanos dobles) y se desechan o se destinan al alimento del ganado.

Modernamente los racimos de plátanos se cubren íntegramente por una bolsa plástica (normalmente de color azul) para crear efecto invernadero, evitar plagas y enfermedades y acelerar el crecimiento y maduración de la fruta. Es lo que se conoce como embolsado y se suele realizar después del desflorillado.

Flores de la platanera en una ruta del plátano en Tenerife

Sujeción de la platanera

Aunque el falso tallo de la platanera crece erguido, desde que se inicia la formación del racimo, la planta pierde estabilidad. Las raíces de la platanera son someras, no superando los 30 cm. de largo, lo que impide una firme sujeción al suelo.

Por eso las plantas necesitan un amarre aéreo que tire en sentido opuesto al ocupado por el racimo, e incluso el racimo debe ser apuntalado (con un horcón) sobre el propio rolo para evitar que se caiga por su propio peso.

Platanera en Tenerife

Recolección del racimo de plátanos

La platanera da su fruto entre 14 y 16 meses después de la siembra. Para recoger el racimo suelen hacer falta dos personas pues una corta el racimo de plátanos y la otra lo transporta hasta el vehículo. Es importante tener cuidado en este proceso para no dañar la fruta.

El plátano que está destinado para la exportación se recoge verde pero cerca de su madurez fisiológica. Su maduración continúa después de haber sido cortado el racimo pues se trata de un fruto climatérico. 

Racimo de plátano de Canarias sin cortar

Descepado de la platanera

Una vez cosechado el racimo de plátanos, se cortan las hojas de la planta para generar espacio y facilitar el acceso a la luz solar del chupón, el falso tallo se corta por la mitad. Una vez que el chupón ha alcanzado cierta altura se elimina totalmente el tallo de su madre para así evitar la propagación de enfermedades y plagas.

Este proceso recibe el nombre de descepado. Afortunadamente, gracias al aislamiento geográfico de Canarias respecto a otras zonas de cultivo de plátano el cultivo soporta pocas plagas y enfermedades en comparación con las zonas tropicales de cultivo.

Hijos de la planta del plátano de Canarias en Tenerife

Rolo de una platanera

Empaquetado del plátano de Canarias

Los racimos de plátanos se transportan al empaquetado o cooperativa. Allí se cuelgan en ganchos metálicos para facilitar su procesado. Estos racimos, debido a su gran tamaño y peso se cortan en más pequeños, es lo que se conoce como el desmanillado.

Posteriormente se lavan, se clasifican en hasta 7 categorías según calidad, daños en la cáscara, tamaño, curvatura, etc. y se etiquetan para ser colocados en cajas de cartón según su categoría. El peso de las cajas de plátanos suele rondar los 14-18 kg. Estas cajas con la fruta ya limpia y etiquetada, son transportadas en contenedores refrigerados para ser comercializados por vía marítima.

Interior de la Casa del Plátano en Icod de los Vinos

La Casa del Plátano resulta una visita bastante completa gracias al museo interior y exterior. La terraza repleta de plataneras funciona como museo al aire libre que da gusto recorrer. Allí se explican todas las labores anteriormente descritas de forma auto-guiada. Igualmente, si deseas visitar una plantación de plátanos que comercialice este producto, en el municipio de Los Silos se brinda esta posibilidad; también en la zona sur de Tenerife también existen varias plataneras que se pueden visitar.

Como imaginarás la comercialización del plátano de Canarias en Europa tiene un duro competidor con la banana. El 70% del mercado está copado por países americanos como Ecuador, Colombia, Costa Rica o Brasil gracias a unos acuerdos arancelarios que hacen que sea más barato importar de estos países que de las islas Canarias. Y todo esto sin nombrar las dificultades a las que se enfrentan los trabajadores del sector y que tan popular se ha hecho en las islas con letras y música como esta ↓

Como ves, Tenerife es una isla para recorrer por libre pero hay ciertas actividades que recomendamos reservar y para las cuales te vendrá bien tener un coche de alquiler. A continuación algunos ejemplos

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