Nadar con el tiburón ballena
Pocas veces en la vida se tiene la oportunidad de mirar a los ojos a una criatura de hasta 20 metros mientras compartes su hábitat natural y se vive para contarlo. Afortunadamente no come humanos, se alimenta de plancton a pesar de ser el pez más grande y antiguo de la tierra. Los que lo han conocido cara a cara cuentan que lo que tiene de grande lo tiene de inofensivo y que no debemos preocuparnos por nadar con el tiburón ballena.
Son mansos, muy tranquilos. Pero hay algo que realmente nos preocupa antes de compartir unos segundos, o puede que minutos a su lado, su ovalada boca. ¿Nos puede tragar cuando succione en busca de plancton? Esa es la cuestión, la pregunta que todos nos hacemos antes de comenzar el tour y vivir la experiencia.
Las imágenes de un gran animal con una boca ovalada donde perfectamente cabría un humano se dispersan por la red y mientras pensamos en todo esto, estamos ya subidos en la lancha partiendo de Isla Mujeres comenzando la excursión y a pocos minutos de nadar con el tiburón ballena en México.
¿Cuál es la temporada de observación del tiburón ballena?
El tiburón ballena apareció en el planeta hace unos sesenta millones de años. Puede encontrarse en aguas tropicales como las de centroamérica, Australia, Indonesia y Filipinas. En México, en la península de Yucatán, es donde se ha registrado la mayor concentración de estos peces: más de 400 alimentándose de plancton marino y de pequeños peces. La zona por excelencia de observación es cerca de la isla Holbox, sin embargo, en los últimos años se han observado cerca de Isla Contoy.
Según nos cuenta el capitán del barco, pasada la paradisiaca Isla Contoy podremos observar algunos ejemplares de este gran animal. A principios del mes de mayo se cuentan por decenas pero poco a poco siguen reuniéndose hasta formar colonias de más de ciento cincuenta animales. Los marineros de la zona están acostumbrados a convivir con ellos. Antiguamente les molestaba en sus tareas de pesca, ahora gracias a él tienen trabajo asegurado de mayo a septiembre. Nadar con el tiburón ballena es el nuevo maná para ellos.
Nadar con el tiburón ballena en México (Cancún, Isla Mujeres, Holbox)
Partimos de Isla Mujeres y durante 45 minutos navegamos rumbo a Isla Contoy. Somos doce personas en el barco. Bordeamos la Isla Contoy y algunos minutos después divisamos varios barcos que parecen estar detenidos. Por ahí deben estar, pensamos. Nos acercamos a ellos. A lo lejos vemos como algo de color oscuro tímidamente sale del agua varios segundos y desaparece, la aleta lo delata. Debe ser un tiburón ballena.
Los barcos usados para los tours están organizados y vigilados por patrullas que velan por la conservación del tiburón ballena. Todas las embarcaciones deben contar con un bandera que acredite su permiso y no pueden llevar más de diez personas a bordo
Lentamente seguimos acercándonos, es un día soleado, casi no existe oleaje, la navegación es serena y la disfrutamos. De repente una enorme mancha negra pasa justo al lado de nuestra embarcación. Es enorme. Nada pausadamente y poco a poco se aleja de nosotros. Al momento otro de ellos se acerca a la embarcación y volvemos a presenciar un espectáculo similar. Muestra una aleta cual tiburón. Se acerca tanto que llegamos a distinguir su cuerpo decorado con bornes blancos.
Vuelve a desaparecer también lentamente. Nos movemos y nos acercamos a otro tiburón ballena. Este abre la boca lentamente y deja entrar el plancton. Esta parte del cuerpo que tanto suele preocupar a los que estamos a punto de saltar junto a él. Nos detenemos a estudiar su boca, queremos ver bien el tamaño. Parece pequeña. El animal debe tener unos diez u once metros. No es de los más grandes.
En ese momento, el capitán comienza a dar órdenes y nos pide que nos preparemos. Aletas, tubo, gafas y chaleco, no necesitamos más material. Nos explica que saltaremos de dos en dos con el guía y por turnos al agua. Las instrucciones son claras, no hay que tocar a los animales y aconseja nadar a su lado, paralelamente, hay que intentar seguirle el ritmo.
No nos animamos a ser los primeros en saltar a nadar. Dejamos que sean otros los que vivan la experiencia y nos la cuenten al subir. Aún estamos algo nerviosos. A nuestro alrededor más barcos comienzan a llegar y se repite el ritual. Por turnos de dos en dos saltan con un guía al agua. Los animales siguen nadando ajenos y tranquilos a todo el interés que ha generado su época de alimentación.
Llega nuestro turno, nos animamos a dar el paso y a nadar con el tiburón ballena en su deambular por aguas caribeñas. Seguros de que será un momento inolvidable nos colocamos las aletas, gafas y tubo y nos sentamos en el borde de la embarcación con nuestras aletas acariciando ligeramente el agua y esperamos la señal del capitán para saltar. El barco navega paralelamente a un ejemplar y el capitán grita “¡ahora, al agua!”.
No hubo momento de arrepentimiento. Caímos al agua y nos acercamos de un aletazo al animal. Ojipláticos nos quedamos, sin palabras. Impresionante.
Desde el barco se veía enorme pero debajo del agua su tamaño es aún mayor. Su cola es inmensa y está a poco más de un metro de nosotros. Se mueve lentamente, de forma segura. Desplaza su cuerpo de un lado a otro. Sus lunares blancos son perfectos. No podíamos apartar la vista de él ni de las decenas de rémoras que nadan a su lado, debajo, encima por todos lados casi podríamos decir. Hubiéramos mantenido la boca abierta de par en par si no fuera porque con el tubo teníamos que respirar. Tan grande, tan perfecto, tan inofensivo.
Aguantamos su ritmo durante unos minutos y volvimos a la embarcación, subimos con una gran sonrisa, aún nerviosos y con el corazón palpitando rápidamente. Al momento dos compañeros más saltaron al agua para nadar con otro ejemplar y nosotros nos sentamos a esperar el siguiente turno. Así hasta cuatro veces nos tiramos a nadar con el tiburón ballena.
Nadamos a su lado, por la derecha, por la izquierda y lo tuvimos incluso a varios metros debajo de nosotros cambiando completamente la perspectiva. Fue magnífico, increíble, una auténtica experiencia vital.
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18 Respuestas a “Nadar con el tiburón ballena”
Me quedé con unas ganas locas de hacerlo cuando estuve en Riviera Maya … pero al final, tanto mojito, tanta margarita, … tanto templo, tanto que ver … que lo dejamos.
Espero volver pronto para hacerlo!!
Pues no te pierdas esa experiencia por nada del mundo! Deja los mojitos, la margarita y tanta zona arqueológica para cuando vuelvas del tour :))
Gracias por comentar Alfonso!
¡Vaya acumulación de experiencias y buenos momentos que llevan en este viaje!
Pero sin duda la que más me ha impresionado es esta.
Ánimo y a seguir descubriendo rincones que disfrutamos desde aquí gracias a ustedes. Saludos
PD: Nunca pensé que hacer unas prácticas con HTML para la web acabaran siendo tan divertidas 🙂
Esta experiencia es de las inolvidables. Aún cerramos los ojos y vemos bajo el agua el tremendo pescadito. Uy, gracias a esas tardes de html, css, etc. he podido trastear un poco con la plantilla. Ahora necesito una clase magistral de SEO! Seguro que la Leti debe controlar. Un beso desde Tailandia!
Definitivamente esta vuelta al mundo va a estar llena de recuerdos muy emocionantes!! 🙂
Y tú bien sabes cual es una de ellas 😉
Es por este tipo de estas experiencias por las que merece la pena viajar, entre otras muchas cosas, claro…pero la del tiburón-ballena ¡¡¡¡wowowowow!!!! tremenda experiencia 🙂
Fue increible más allá de sentirte muy pequeño a su lado, impresionante!
Solo como comentario. El tiburon ballena no es un mamifero.
Hola Hiram! Muchísimas gracias por dejarnos el comentario, ya lo hemos corregido. El apellido de esta especie fue lo que nos llevó a la confusión mientras escribíamos pues siendo un pez (todos los tiburones lo son) ha tomado el apellido «ballena» por su gran tamaño comparable al de esos mamíferos.
La verdad me da mucho gusto que hayan tenido esa experiencia, aunque yo nací en cancún aún no tengo el gusto de conocer al tiburón ballena. También me da gusto que se lo hayan tomado de la mejor manera mi comentario. Temía que creyeran que era un tipo de Troll. Les deseo mucho éxito en su portal 😀
Menuda experiencia nadar junto a ese pedazo de bicho, la verdad que impresiona viendo las imágenes 🙂
Totalmente involvidable. Eran impresionantes y eso que no vimos los de mayor tamaño. Si coincide la estancia con el paso del tiburón ballena por la zona, es totalmente recomendable! Sldos!!
Pedazo de bicho !!! :)))
Desde el barco se ve grande pero una vez dentro del agua … amigo, eso es otro cantar. Es impresionantemente grande, bello, dócil y vulnerable a la vez.
Que no lo vean los Japos o termina en una sopa con sobas 😉
El relato maravilloso, no se a quién habrá salido tan valiente mi hija.
Este viaje está despertando sensaciones que tu hija creía dormidas 😉