Isla de Pascua, el ombligo del mundo

Si hay un lugar en la Tierra que nos es remoto y que además guarda misterios ese es Isla de Pascua, un trozo de tierra en medio del océano Pacífico cuyos restos más antiguos son una serie de grandes estatuas realizadas en piedra. Pero antes de seguir nada mejor que un poco de historia para ponernos en situación.

Isla de Pasua, Polinesia, siglo VIII. Y soñé con una isla próspera que alberga lagunas de agua dulce, abundante vegetación y una zona de brillante tierra, le dijo entusiasmado Hau Maka a su Rey Hoto Matu’a, rey de Hiva en la Polinesia.

Atardecer en Ahu Tahai

Siguiendo las sabias palabras de su consejero, el Rey Hoto Matu’a envió a 7 exploradores, 7 sirvientes de la Polinesia, en busca de la enigmática isla. Tras meses de travesía encontraron una desconocida tierra y guiados por una sabia tortuga desembarcaron en una playa de aguas cristalinas y arena blanca como la nieve. Allí los nuevos pobladores dejaron sus primeras huellas en la fina arena de la ahora llamada playa de Anakena, en Isla de Pascua.

Misterios de Isla de Pascua, el ombligo del mundo

Tras el exitoso hallazgo, 5 de los 7 primeros exploradores volvieron a su lejano origen para informar al Rey Hoto Matu’a. Habían encontrado una isla volcánica cuyos volcanes guardaban agua dulce en sus cráteres, su tierra al norte era brillante como un diamante y su corazón albergaba mucha vegetación.

Vistas de Isla de Pascua

La profecía de Hau Maka se había cumplido. Así llegaron los primeros pobladores a esta isla que denominaron “Te Pito o Te Henua”, es decir, el ombligo de la tierra. Una misteriosa isla que posteriormente fue conocida como Rapa Nui, Rapa por su parecido con una isla neozelandesa de dicho nombre y Nui por su gran extensión.

Actualmente la llamamos Isla de Pascua, por ser re-descubierta el día de Pascua de Resurrección en el año 1722. A partir de esta fecha, comienza a difundirse por todo el mundo la imagen de una isla llena de misterios.

Llegada a Isla de Pascua

Dejándonos llevar por dicho misterio aterrizamos en la isla de Pascua embarcados en la única compañía que posee vuelo regular a la misma, LAN Chile. Cinco horas y media de vuelo para llegar a una de las islas más remotas del planeta. Más remotas y más caras, lo sabíamos, así que en Santiago nos hicimos con algunos víveres para afrontar nuestro paso por la paradisiaca y tranquila Rapa Nui.

Esperando que aparecieran nuestras mochilas por la cinta transportadora y sujetando una bolsa con pan de molde y treinta yogures (sin exagerar en el dato) apareció Kako, nuestro contacto de couchsurfing en la isla. Kako es un joven Rapa Nui, guía de turismo, que aceptó nuestra solicitud en este sistema de alojamiento nuevo para nosotros. La convivencia con Kako fue magnífica, todo hay que decirlo.

Couchsurfing en Isla de Pascua

Recorrer Isla de Pascua en coche

A la mañana siguiente alquilamos un “flamante” jeep que nos transportó cómodamente por carreteras asfaltadas y de gravilla, caminos inventados en los que siempre encontrabas un grupo de moais esperándote al final.

Hicimos como aquellos primeros 7 exploradores que llegaron a la isla mandados por el pelirrojo Rey Hoto Matu’a, quién además para nuestra fortuna mandó a dos de los siete exploradores a traer con cuidado un moai de su reino. Así fue cómo llegó el primer moai a la isla.

Isla de Pascua

Una escultura de piedra creada para representar a los ancestros más importantes de cada linaje y para transmitir energía y prosperidad a la isla y sus pobladores. En las laderas del volcán Rano Raraku aún descansan cientos de moais que no fueron llevados a sus altares. Algunos de ellos, aún en sus nichos, sirven para entender y reconstruir el delicado proceso de su tallado.

Estas esculturas de piedra volcánica fueron así poblando la isla de espaldas al mar, transmitiendo sus mejores deseos a la población Rapa Nui. Sólo 7 moais continuaron siempre mirando hacia el mar en recuerdo a los 7 valientes exploradores que llegaron a la desconocida isla durante el siglo VIII. A ellos también fuimos a saludarlos.

Ranu Raraku

Con el paso del tiempo los hijos del rey Hoto Matu’a dividieron la isla en dos grandes federaciones. La población Rapa Nui fue creciendo poco a poco y con ello los abundantes recursos de la madre tierra se fueron agotando.  Comenzó así un periodo de luchas y guerras entre ambos clanes.

Solo las Pléyades, ese cúmulo estelar próximo a la constelación de Orión, mantuvieron a ambos clanes en calma durante varios meses cada año y a nosotros en silencio y en la más completa oscuridad contemplándolas cada noche desde el jardín de la casa de Kako. Al igual que el turismo en la isla, la población Rapa Nui siguió y siguió creciendo con el paso de los años llegando a casi 30.000 personas, cinco veces la población actual.

Ahu Akahanga

La división de la isla también continuó y siguió organizándose en clanes, 18 clanes ocuparon toda la superficie insular de forma organizada y cada una de ellas con su grupo de moais de espaldas al mar. La más numerosa ocupó la zona hoy llamada “Tongariki”, allí encontramos a los 15 moais sobre su plataforma y sólo el fuerte sol hizo que guardáramos la cámara y continuáramos nuestro camino hacia el norte, en busca de la paradisiaca playa de Anakena.

Anakena, la mejor playa de Isla de Pascua

Aparcamos el coche, nos frotamos los ojos y saltamos dentro en una postal digna de un fondo de escritorio de ordenador. Rodeados de palmeras traídas de Tahití y pisando arena de un blanco cegador nos metimos en las cristalinas aguas de la playa Anakena para así darnos nuestro primer baño en el océano Pacífico. Todo muy idílico!

Playa Anakena

Desde Anakena, y tras comernos un rica empanada de atún, continuamos con nuestros saludos a los moais de otros clanes situados en el oeste de la isla.

Antiguamente, la población de estos clanes se dividía en orejas largas, aquellos que habían agrandando son lóbulos hasta colgarles sobre los hombros, y orejas cortas, aquellos que se encargaban de servir a los largas y tenían la importante tarea de esculpir los moais y construir los “ahus”, altares para colocar las famosas esculturas.

Ahu Tongariki

Sin embargo, un importante periodo de hambruna provocó la rebelión de los orejas cortas y con ello llegó una nueva etapa en la historia de la isla. Los moais, esculpidos para traer prosperidad y fortuna al lugar y a sus pobladores, fueron objetivo de la rebelión y uno por uno fueron empujados de su altar hasta caer al suelo.

Con la rebelión de los orejas cortas llegó la conocida tradición del hombre pájaro a la isla. En esta época, cada clan elegía a un representante, el más fuerte y ágil cuyo objetivo era conseguir el primer huevo del ave Manutara. El ganador de esta competición sería proclamado nuevo rey en la isla y su reinado duraría hasta la siguiente primavera, fecha en que el ave volvía a depositar sus huevos.

Atardecer en Isla de Pascua

Nuestro reinado en Isla de Pascua duró mucho menos que la del hombre pájaro, así que tras la etapa exploradora llegó una etapa de puro y duro relax. Mañanas de continuos paseos por el pueblo en los que nos dimos cuenta que pese a estar en temporada alta todo emanaba mucha tranquilidad.

Visitamos el mercado artesanal de Hanga Roa, asistimos a los ensayos del festival Tapati donde intentábamos no parpadear para no podernos ni un segundo de sus danzas, encontramos una cala perfecta donde bañarnos y buscamos cada día la mejor palmera para en su sombra estirar nuestras toallas y frente al mar decidir si nos había gustado más el helado o el zumo que nos habíamos tomado, disfrutamos de atardeceres con los moais como compañeros y fuimos muy felices en Rapa Nui.

Espectáculo en Pascua

Algunos tours interesantes que puedes contratar antes de llegar a Isla de Pascua son estos ↓

Tour a Tahai, Orongo y al volcán Rano Kau

Excursión por Isla de Pascua y Anakena

Datos prácticos para visitar Isla de Pascua

– La entrada para el Parque Nacional las puedes comprar en el propio aeropuerto (80 US$ para extranjeros) o en la oficina de CONAF. Te la pueden pedir en cualquier zona arqueológica pero sólo la sellan en la Rano Raraki y en Orongo.

– La isla se puede recorrer en coche, moto, bici o andando, poder, poder, se puede. El alquiler de un coche es de 70 US$, una moto 50 US$ y una bici 25 US$.

– Los precios en alimentación duplican los de Santiago así que es una buena idea llevar una pequeña compra del continente si vas a disponer de cocina en la isla. Nosotros llevamos arroz, pasta, salsa boloñesa, yogures (encargados por nuestro couch), pan de molde, papas, aceite, cereales, leche y bolsitas de zumo en polvo para echar al agua.

– El alojamiento más barato, obviando couchsurfing, es un camping. Hay dos campings en la isla.

– La zona arqueológica de Tahai, en Hanga Roa, es un lugar perfecto para disfrutar del atardecer.

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