El Nido del Tigre, una maravilla del mundo en Bután

Aún quedan lugares capaces de sorprender al más viajado y el Monasterio del Nido del Tigre es uno de ellos. Conocido entre los locales como Taktsang Palphug hablamos de un templo budista que se encuentra literalmente colgado sobre un lateral de una pared vertical. Una maravilla visual si me preguntas a mi.

Por lo general, la mayoría de las agencias que organizan la visita a Bután incluyen un día para caminar hasta y desde el monasterio. En una suerte de final feliz lo organizan perfectamente para que el visitante se lleve la mejor de las impresiones de este pequeño país perdido en los Himalayas.

El Nido del Tigre

Nuestro viaje por Bután

Como no podía ser de otra manera el viaje por Bután lo habíamos reservado con una de las tantas agencias locales que operan bajo la supervisión del gobierno. No es posible visitar Bután por libre a no ser que seas ciudadano de India, Maldivas o Bangladesh.

Los días anteriores habían sido entre bonitos y espectaculares. Con solo ver el fuerte de Punakha, el valle de Phobjikha o el ascenso hasta Tango Monastery cerca de Thimphu ya presupones como ha de ser el Nido del Tigre, aunque a decir verdad te quedas corto. El imaginario es así.

Monasterio en Bután

El Nido del Tigre, entre la religión budista y la leyenda

El monasterio principal del Nido del Tigre data del año 1692 y se dice que en el siglo VIII Guru Rinpoche voló a este lugar a lomos de un tigre para meditar en una cueva durante 3 meses, 3 semanas, 3 días y 3 horas. De hecho, Guru Rinpoche fue quien difundió el budismo por todo Bután, de ahí su importancia histórica.

El 19 de abril de 1998 un incendio afectó severamente al Nido del Tigre. Se quemó completamente pues el lugar es poco menos que inaccesible para los servicios de emergencia. Afortunadamente hoy en día está totalmente restaurado y gracias a lo escénico de su situación y a su importancia histórica es el lugar cultural por excelencia en Bután.

Comienzo del sendero hacia el Nido del Tigre

Camino hacia el Nido del Tigre, en busca del nirvana

El Nido del Tigre se sitúa en el valle de Paro por lo que es frecuente que los turistas visiten este lugar bien al principio bien al final de la ruta por Bután (hay que tener en cuenta que en Paro es donde se encuentra el único aeropuerto internacional de Bután, un aeropuerto considerado de los más peligrosos del mundo, lee aquí y verás a qué me refiero).

Desde nuestro hotel tardamos unos 20 minutos en llegar y a pesar de ser bastante temprano (08:00 hrs) ya hay mucho coche al inicio del sendero. Desde ese punto ya solo queda subir a pie. Paso a paso se intuye que hay que ganar altura, el camino da inicio a 2.100 metros de altitud y hay que llegar a más de 3.120 metros. Obvio, el camino es en fuerte ascenso.

Camino hacia Taktsang

El sendero se divide en dos partes. La primera nos lleva hora y media hasta llegar al principal mirador hacia el Nido del Tigre. Allí hay una cafetería y hasta este punto se puede llegar también a lomos de una mula o caballo (no recomendable dadas las condiciones sanitarias que tienen los animales y el abuso que esto supone). Desde la cafetería solo es necesario andar 30 minutos más para encontrarte frente al monasterio.

El camino se hace bastante cuesta arriba y el calor comienza a apretar. Hay gente pero no es agobiante. Mucho senderista jubilado, especialmente norteamericanos y europeos, los jóvenes somos minoría sin duda resultado de los caros requerimientos (económicos) para acceder al país.

Mulas para subir al Nido del Tigre

Metro a metro vamos viendo como el monasterio se acerca. Mientras tanto llama la atención la cantidad de banderas de colores que hay a lo largo del camino. Cada una de ellas es de un color, cada una de ellas representa algo diferente. Azul, blanco, rojo verde y amarillo son el cielo, el agua, el fuego, el aire y la tierra.

Las altas montañas lucen verdes, los valles marrones y el cielo de un azul tan intenso que no cuesta recordar que estemos a bastante altitud. Poco a poco llegamos a los 3.000 metros. Hemos pasado por la cafetería sin pena ni gloria pues no es más que eso, una cafetería, con buenas vistas pero sin ningún encanto.

Banderas en Bután

La idea es darnos un poco de prisa e ir dejando detrás a los grupos de senderistas. El objetivo es llegar y poder sacar cuantas fotos queramos sin tener que hacer uso de los codos, cosa cada vez más habitual en la mayoría de los atractivos turísticos mundiales.

Tras dos horas de camino y sudor (hace calor) llegamos al primer mirador desde el que vale la pena sacar fotos. Sin embargo, la luz es mala. Apenas son las 10:00 hrs y el sol comienza a elevarse por donde no debe (al menos para las fotos) así que seguimos hacia el monasterio. 15 minutos bajando escaleras, otros 10 subiendo (el camino adopta forma de V) y llegamos.

Camino hacia el Nido del Tigre

La entrada al monasterio está incluida en el pago por acceder a Bután pero no se nos permite el acceso con móviles ni con cámaras de fotos, así que visitamos varios de los pequeños templos con lo puesto. Por cierto, hace frío. Normal, estamos en una grieta de una enorme pared a más de 3.000 metros de altitud. Cuánto trabajo para construir este monasterio. Qué vértigo.

Las construcciones llaman la atención por su blanco inmaculado en contraste con sus techos dorados. Caminamos de templo en templo impresionados con lo bonito que son en el interior. Personalmente me salto la entrada a las cuevas donde se dice que Guru Rinpoche meditó (no hay nada que ver dentro).

El Nido del Tigre

Largo rato de fotografías o, simplemente, de mirar al monasterio y comenzamos a deshacer el camino de nuevo al coche. El sendero es el mismo pero el calor ya pega bien fuerte por lo que no podemos más que recomendar que subas a primera hora. Hora y media tardamos en regresar. El día está hecho, el viaje termina con un broche de oro.

Qué maravilla es el Nido del Tigre. Sin duda, y esto es una apreciación personal, debería formar parte de las maravillas del mundo moderno. Desde que visitamos Borobudur (el templo budista más grande del mundo) no habíamos visto algo tan bonito.

Monasterio más bonito de Bután

Cómo disfrutar al máximo de tu experiencia en el Nido del Tigre

El sendero de ascenso es en fuerte pendiente por lo que no hay que subestimarlo de ninguna manera. En todo caso, el camino está en buenas condiciones y con paciencia se llega sin problema.

Imprescindible llevar gorra, gafas de sol y ropa cómoda. Por supuesto, calzado de senderismo. Ojo, en ciertos meses del año hace mucho frío por lo que necesitarás abrigo suficiente (puede nevar). La mejor época para visitar Bután y hacer este sendero es entre octubre y diciembre.

Gente de Bután

Como comentábamos, nos dimos prisa en ascender con la intención de sacar fotos sin gente alrededor pero solo sirvió para disfrutar de las vistas. Por la posición del monasterio y del sol no es hasta las 11:00 o 12:00 hrs. cuando la luz está perfecta para fotos y videos.

♥ Si estás convencido para hacer un viaje a Bután recuerda que no es posible hacerlo por libre. Las normas impuestas por el gobierno te obligan a contratar la ruta por el país con alguna de las empresas de turismo locales. Aquí puedes ver recorridos y precios propuestos.

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